La certificación BREEAM (BREEAM®. El Certificado de Construcción Sostenible) es un método internacional desarrollado por BRE Global y que mide el nivel de sostenibilidad ambiental en edificaciones. Este tipo de certificado se puede aplicar tanto en edificios Vivienda unifamiliar, Urbanismo, Nueva construcción (aquí se incluye rehabilitación entre otros puntos), A medida (se valoran edificios singulares) y En Uso (inmuebles que están en explotación como mínimo 2 años).
Este tipo de certificación consiste en aplicar un sistema de puntuación sobre los diferentes aspectos que se consideran clves en un proyecto de construcción. A saber:
- Gestión
- Salud y bienestar
- Energía
- Transporte
- Agua
- Materiales
- Residuos
- Uso ecológico del suelo
- Contaminación
- Innovación
Cada una de estos aspectos aborda los factores más influyentes, entre ellos el diseño de bajo impacto y la reducción de las emisiones de carbono; la durabilidad; la adaptación al cambio climático y el valor ecológico y la protección de la biodiversidad.
Por otro lado, este tipo de certificado permite clasificar a las construcciones, edificios, etc en nueve categorías y enfatiza a aplicar medidas que contribuyan a un mejor bienestar de los ocupantes del inmueble y la protección del medio ambiente. Este tipo de clasificación se concentra en 5 rangos:
- Aprobado
- Bueno
- Muy bueno
- Excelente
- Excepcional
La aplicación de este tipo de certificados permite obtener beneficios corto, medio y largo plazo. Entre ellos:
- Se construye de forma más eficiente, controlando qué materiales son necesarios y qué grado de impacto tienen sobre el medio ambiente.
- Tanto el interior como la envolvente del edificio no tienen un impacto tan negativo sobre la salud de los usuarios (hay menos COV’s, menos emisiones de CO2, etc)
- Hay un mayor control sobre el ciclo de vida del edificio. Esto se traduce en un mayor control durante la fase de mantenimiento del edificio, facilitando la labor del building manager. Esto se deber a que el edificio se ha estudiado desde una perspectiva de un mayor ahorro energético.
- En general se ofrecen mayores retornos de la inversión y unos ingresos por venta y alquiler mayores.
Existen cada vez hay más pruebas de que los edificios certificados por la BREEAM ofrecen mayores retornos de la inversión y unos ingresos por venta o alquiler superiores a lo habitual. Además, la gestión de un edificio certificado suele ser considerablemente más barata que la de uno sin certificar. Esto se debe a que los edificios sostenibles suponen un ahorro significativo en energía y, por lo tanto, en costes.
Visto el concepto general de lo que significa la certificación BREEAM pasemos a ver cómo la jardinería puede ayudar a mejorar la puntuación final.
En general, las categorías donde es necesario que una empresa de jardineróia pueda participar es:
- GESTIÓN: es importante participar en la planificación de la obra, tanto en fase de talas, desbroces, movimientos de tierra, aprovechamientos de tierras para posteriores rellenos, paso de instalaciones, plantaciones previas, etc.
- SALUD Y BIENESTAR. Quizá este punto pueda entrar en conflicto con otros criterios de salud pero sólo (a priori) nos encontramos que hay que entrar en este punto cuando intervenimos en interiores con plantas de interior. Hay que recordar que las plantas de interior suelen sufrir mucho con la falta de luz y temperaturas muy oscilantes (en entradas de oficinas, por ejemplo).
- ENERGÍA. Esta categoría podría aplicarse en el acaso de iluminación para plantas de interior (seria puntual) pero sí que suele ser importante en aspectos como la iluminación exterior. En este punto el alumbrado exterior ha de ser conforme a la ITC-01 del REEA (una calificación energética por luminaria no es válida, ha de ser una calificación de toda la instalación)
- AGUA. En la categoría agua se suele hacer referencia más a caudales en griferías de lavabos (un máximo de 3,8 lt/min – 228lt/h- y a una presión máxima de 3 Bar). Este valor es muy insuficiente ya que un tubo de 16mm a 3 Bar de presión suministra casi 900 lt/h. En cualquier caso es necesario realizar un estudio de los consumos de agua que tendrán nuestras zonas verdes para calcular la huella hídrica de nuestra instalación.
En fase de proyecto, incluir en el diseño la recogida de pluviales, diseñar los parterres con suficiente materia orgánica, acolchados y sistemas de riego eficientes (podemos pensar en utilizar sensores para el control del riego por ejemplo) es útil si se quiere participar de una reducción del uso del agua.
- RESIDUOS: Hay que llevar un control de los rebajes como rellenos, así como la gestión de los residuos (peligrosos y no peligrosos) que se expresan en m3/100m2 de emplazamiento. Por lo general debe haber un compromiso de desviación máxima a vertedero de un 20% de los residuos de demolición y construcción no peligrosos generados en el proyecto, el resto (80%) deberá ser residuo valorizable!
- USO DEL SUELO Y ECOLOGÍA: Cada proyecto deberá aportar una superficie mínima verde que variará en función del suelo ocupado, tipología del suelo, topografía, etc. En el caso que haya que instalar jardineras en terrazas éstas deberán ser de materiales como madera, cerámica, cemento o metal, evitando los materiales sintéticos como plásticos. Las especies, a poder ser, seran autóctonas y dispondrán de suficiente espacio para su desarrollo.
En cuanto a fauna, de propone instalar cajas nido (el ecólogo designado definirá qué tipo de caja nido para qué tipo de especie habrá que instalar, y su número) así como diferentes bebederos para las aves.
- CONTAMINACIÓN. Aspecto importante sobre todo en exterior ya que en lo que más nos afecta es en el tipo de iluminación que se instale en las zonas verdes. Habrá que realizar un estudio lumínico previo para evitar contaminación lumínica según ITC-EA-03 del REEAE (en zonas urbanas bien iluminadas FHSinst < 25%)
Esperamos que toda esta información os sea de ayuda a la hora de intervenir en un proyecto sometido a una evaluación BREEAM.